UN REPASO A LA HISTORIA
Cuando
en 1810 arribó la noticia de la Revolución de Mayo, el Cabildo de
Santiago asumió la misma actitud de precaución que las demás tenencias
de gobernación, aguardando la respuesta de la cabecera intendencial
(Salta). Una vez conocido el pronunciamiento favorable de Salta,
el Cabildo santiagueño adhirió a la causa.
El
primer problema de Santiago del Estero con el gobierno central surgió
a raíz del decreto del director supremo Gervasio Posadas del 8 de
octubre de 1814 que establecía que las jurisdicciones de Salta,
Jujuy, Orán, Tarija y Santa María pasaban a integrar la provincia
de Salta con capital en la ciudad del mismo nombre. El resto de
la antigua gobernación de Salta del Tucumán pasaba a formar la provincia
de Tucumán, comprendiendo Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca.
De esta manera, la rivalidad existente entre Tucumán y Santiago
del Estero desde la época colonial se agudizó con la dependencia
impuesta a la última por el Directorio. El teniente de gobernador
Pedro Domingo Isnardi, destituido por disentir con el gobernador
tucumano Bernabé Aráoz, describía en una carta al director supremo
Alvarez Thomas la situación de penuria económica y el carácter arbitrario
de la política del gobierno tucumano:
Conocen
los ciudadanos de Santiago la incumbencia a su libertad y principales
derechos pués estando obligados al fomento de su país y de la de
uno en particular ben con el mayor dolor que la Intendencia de Tucumán
le priva arrastrando para sí los recursos: Ven que con la mayor
injusticia y grosería se quita de la caja de Santiago y se manda
llevar a Tucumán por menor que sea el fondo de sus entradas y que
no se deja una sola moneda; y ven que mientras con este dinero se
pagan los sueldos de la Intendencia y se cuvren los débitos de los
tucumanos no se pueden cubrir ni hay lugar para las erogaciones
de Santiago (...). (1)
No
obstante ésta y otras notas enviadas al director Alvarez Thomas,
(2) éste asumió una actitud prudente, desentendiéndose del problema
y posponiéndolo para que fuera resuelto por el futuro congreso.
Los autonomistas santiagueños llevaron a cabo entonces el primer
movimiento revolucionario el 4 de septiembre de 1815 encabezado
por Francisco Borges y que fue reprimido por el gobernador Aráoz.
El
20 de abril de 1816 los diputados santiagueños Pedro León Gallo
y Federico Francisco de Uriarte se incorporaban al Congreso de Tucumán.
Pero cuando el Congreso sancionó la primera versión del Reglamento
Provisorio, en noviembre de 1816, modificando la forma de elección
de los gobernadores y tenientes de gobernador -antes elegidos por
las provincias y en adelante librados al arbitrio del director supremo-
(3) estalló en Santiago el 10 de diciembre de 1816 un segundo movimiento
revolucionario liderado nuevamente por Borges. El levantamiento
fue sofocado por Manuel Belgrano y Borges fue fusilado el 1º de
enero de 1817. Algunos datos podrían relacionar este movimiento
con el artiguismo, pero en realidad no son suficientes para dar
por sentada la vinculación. (4)
La
disolución del gobierno central como consecuencia de la batalla
de Cepeda (1º de febrero de
1820) impuso a la provincia de Tucumán la necesidad de reasumir
sus derechos. Para el gobernador
Aráoz, la conformación de la denominada República del Tucumán
(integrada por la provincia del mismo nombre, Catamarca y Santiago
del Estero) así como la adopción de una Constitución propia para
dicha jurisdicción era un paso indispensable para preparar la organización
nacional. Mientras muchas provincias se disgregaban en forma de
una autonomismo municipal como La Rioja, San Juan y San Luis, Aráoz
pretendía conservar la integridad de su provincia. (5) Para definir
claramente dicha organización era necesaria la reunión de un congreso
que representara a las partes.
En medio de esta situación, en Santiago del Estero
se generaba un ambiente de autonomía incentivado por la caída del
gobierno central. A fin de asegurar la participación de los santiagueños
en el congreso que debía organizar interinamente la provincia, Aráoz
envió a Juan Bautista Paz para que preparara la elección de diputados
y sostuvo la misión con la presencia disuasiva de una fuerza militar
al mando de Juan Francisco Echauri. Una de las primeras medidas
de Echauri fue disponer el cambio de los miembros de la municipalidad
por personas adictas a la causa de Tucumán. Poco después pretendió
controlar las elecciones de los diputados que debían concurrir al
mencionado congreso a reunirse el 20 de marzo de 1820 en Tucumán.
Ante el hecho, el pueblo santiagueño se rebeló apoyado por la fuerza
de Juan Felipe Ibarra, jefe del destacamento de Abipones, quien
venció a Echauri (31 de marzo de 1820) y lo obligó a retirarse a
Tucumán. Ibarra fue designado entonces primer gobernador de la provincia
y en un manifiesto del 27 de abril declaraba la autonomía de Santiago
del Estero. Esta fue finalmente reconocida por el tratado de Vinará
(5 de junio de 1821) que selló la paz entre Tucumán y Santiago.
La
influencia del artiguismo en esta etapa se advierte un poco más
claramente. Existió una comunicación de Artigas al Cabildo de Santiago,
del 18 de febrero de 1820, a través de Ventura Martínez. Aunque
este documento se ha perdido, se conoce el oficio de respuesta que
enviara el Cabildo santiagueño. En él puede advertirse el interés
por conservar los lazos con el Protector a fin de lograr la organización
definitiva del país y la defensa de los intereses locales y nacionales
bajo bandera del federalismo:
(...)
Damos mil gracias a V.E. por los nobles y libres sentimientos que
se digna comunicarnos: hasí como por los generosos y heroicos esfuerzos
conque al frente de los imbencibles Extos de la Banda Oriental,
de Entre Ríos y Santa Fe ha conseguido al fin redimir estas provs
de un sistema libertisida cuio objeto hera entregar estas Provs
a un ramo de la familia de Borbón y de estableser en estos Paises
una monarquía todavía más tiránica que la de los españoles- Los
ciudadanos de este Pueblo hacaban de asegurar la libertad de sus
elecciones violada el 1 de febrero pasado:
Los progresos qe an hecho entre nosotros las ideas federales
cuia base es la libertad y la igualdad del sistema representativo,
nos han alentado a dar este paso para sostener nuestros derechos
violables = Tenemos el honor de hasegurar a V.E. que siempre nos
encontrará dispuestos a contribuir a cuanto esté en nuestro alcance
para hasegurar la integridad del territorio de la Confederación
contra las combinaciones de la ambición extranjera (...) (6)
El
Cabildo comunicaba pues su reciente autonomía y se pronunciaba por
la causa de la federación, comprometiendo su colaboración en caso
de necesitarlo Artigas para enfrentar a los portugueses. Nada expresaba
respecto de colaborar en la lucha contra los porteños. Santiago,
al igual que Córdoba, no compartió los ideales confederales de Artigas.
Sin embargo, ambas provincias asumieron una posición netamente federal,
brindando su apoyo al Protector sólo en la medida que sus intereses
lo permitían.
-
Carta
enviada desde Frontera de Abipones el 18 de mayo de 1815, citada
en Alfredo Gargaro, “Los orígenes de la autonomía santiagueña”,
Revista del Museo Mitre, año II, núm. 2, 1949, p. 57.
La carta fue escrita por Isnardi un mes después de que fuera
destituido de la tenencia de gobernación por no participar de
las aspiraciones del gobernador tucumano Bernabé Aráoz.
-
Por
ejemplo la nota del Cabildo de Santiago al director Alvarez
Thomas, 6 de mayo de 1815, citada en Alfredo Gargaro, “Santiago
del Estero, 1810-1862", en Historia de la Nación Argentina,
tomo 9, Separata, 1941, pp. 7-8.
-
Ibid.,
pp. 23-28.
-
Alfredo
Gargaro cita por ejemplo una carta remitida por Gabino Ibáñez
al gobernador intendente de Córdoba haciendo referencia al movimiento
encabezado por Borges y que lo obligara a deponer su cargo de
teniente de gobernador de Santiago. Ibáñez expresaba:
(...) En el día
se halla Borges con sus socios en el punto de Sabagasta, campaña
de esta jurisdicción reuniendo gentes y según estoy informado
ya tiene como diez compañias o mas, hechando voses de que va
de acuerdo con Artigas y Güemes, que no han de obedecer a las
autoridades ni al Congreso, ni al General, que no pagarán las
contribuciones impuestas y que formaran la montonera (...)
Carta fechada
en Santiago, 20 de diciembre de 1816, y citada en A. Gargaro,
“Los orígenes de la autonomía...”, pp. 63-64.
-
Armando
Raúl Bazán, Historia del Noroeste argentino, Buenos Aires,
Plus Ultra, 1986, pp. 228-229.
-
Oficio
fechado en la Sala Capitular el 7 de abril de 1820, Alfredo
Gargaro, “Santiago del Estero y el federalismo argentino”, en
Tres Conferencias Históricas, Santiago del Estero, 1939,
pp. 70-71.
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